Breves

por | Feb 23, 2023

Si pudiera irme abriría una puerta

Compraría candados

Empujaría tu esencia 

Incendiaría memorias con aceite de ganas

Prendería un final en lo que era tu miedo

Me volvería cenizas 

Y renacería 

Sin tu brisa a mi lado


Las mañanas han cesado

voy. van. ven 

               que mi cuerpo está en receso

Los domingos me revientan

ven. van. voy

               acaeciendo en el regazo

del recuerdo

soy. es /toy.

              sometida por el verbo

que no duerme


Viene del dormitorio esa voz media hueca que escuché anoche en sueños

Se mueve hacia el estudio con la corriente del viento matutino 

La voz de la cocina me sigue como un eco 

solo cesa cuando como, 

Que no cesa, solo pasa a la cabeza y me aturde las entrañas

Vienen del techo, de personas cuya vida no vive sin las voces

Las voces de mis vecinos, que dudo si festejan el confinamiento o el aniversario de nacimiento de una voz no demasiado clara, pero ebria. 

Las voces están en el dispositivo que llamamos celular, ese que me habla y me cuenta las sandeces que hacen los humanos que amo en otras partes del mundo

Las voces vienen de la computadora

De las pequeñas piedritas sonoras que me pongo al oído para alejarme del mundo y que nadie me robe la voz que escucho. Es mía, mía!

Son los maullidos parte de la voz? La voz nace en la felina acurrucada en mi regazo

La voz explotó en un argumento, siguió caminando por una discusión, y terminó en silencio. Creo que me la comí. 

La voz se hizo gemido ahogado, casi risa, se hizo llanto. La voz que me habita es bipolar los domingos. 

La voz llegó todas las mañanas a las 7 junto con los obreros. Solo para despertarme y meterse en mi garganta, que tenía frío me dijo, que ya casi es invierno, que la hospede un ratito ya que de día no tiene dónde dormir. 

Le salió mal la jugada,  porque me pasé todo el día tratando de expulsar a la intrusa. Usé mi lengua como trampolín y la ví saltar fuera de mis labios, a la rampa acústica del espacio- tiempo. 

Pero la muy artera hiló un elástico mientras estaba en mi garganta, y cada vez que la expulsaba, volvía con fuerza de propulsión a esconderse aún más adentro. 

Llegó hasta el estómago. 

La voz acaba de venir del beso repentino de mi amante, me pregunto si su voz sabe que mi voz está ahora alojada en mi estómago. Me pregunto si la compositora del sonido de nuestros besos fue su voz o mi voz. Es que se me escapó y no me di cuenta? Es que nunca podré contenerla? 

Empiezo a creer que solo soy un vehículo, y que en realidad, es ella quien me alberga.  


Vamos a entintar las conclusiones

las versiones de aquel yo que comulgó en la silueta del infierno

Vamos a ignorar las decisiones que inundaron

el caudal de mi verdad

Somos sueños hechos polvo, 

Conclusiones sin final 

viejos montes de calumnia y eco sol

Vamos a tomar aliento sucio 

y escupir satisfacción